Esta actividad pretendió animar a los burgaleses a encender algunas de las 15.000 velas que se instalaron en torno a las inmediaciones de la Catedral de Burgos y así participar en la celebración de los 800 años del templo.
También pusimos a un violinista en la azotea de la catedral y un piano de cola en la plaza principal entre otros espectáculos musicales y de danza.
Fue una noche mágica.